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Desarrollo de las relaciones chino-israelíes… Sin embargo:
Las relaciones diplomáticas de China con Israel comenzaron en 1992. Pekín ha creído que sus relaciones con Tel Aviv le ayudarían a mejorar su imagen en Occidente y le permitirían obtener tecnología militar occidental, donde el comercio bilateral alcanzó unos 24.400 millones de dólares en 2022. Sin embargo, se ha demostrado a China, en varias ocasiones, que Israel no es completamente inmune a la presión estadounidense, ya que se ha enfrentado a varias dificultades para implementar algunos proyectos de la Iniciativa Belt and Road (BRI) en el puerto de Haifa. Se le impidió ganar una licitación para explotar la planta desalinizadora de Sorek durante 25 años, porque es adyacente a la base aérea de Palmachim, donde están estacionadas las fuerzas estadounidenses, y está cerca de la instalación de investigación nuclear de Nahal. Israel también ha puesto fin a un acuerdo de armas con China y se ha visto obligado a pagar compensaciones económicas, etc.

La posición israelí en la guerra Rusia-Ucrania y la alianza occidental contra Moscú, ha reforzado la creencia china de que Israel está alineado con las potencias occidentales-estadounidenses, y que los cálculos israelíes pueden cambiar si las potencias occidentales deciden tomar medidas más hostiles contra China, pues es un hecho que Estados Unidos declara abiertamente que Pekín es su próximo enemigo más peligroso.

Además, la participación de Israel en el proyecto del Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) que Biden anunció al margen de la cumbre del G20 en Nueva Delhi el 9-10/9/2023, que unirá India con Oriente Medio y luego con Europa a través de Israel, y que Netanyahu aclamó, ha dado indicios negativos. Pues China lo considera un proyecto alternativo a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI) y que pretende desafiarla.

China pretende aumentar la estabilidad en la región en aras de los proyectos de la BRI. Ha estado trabajando en iniciativas políticas, la más destacada de las cuales fue el anuncio entre Arabia Saudí e Irán de reanudar las relaciones diplomáticas, que se produjo tras las conversaciones mediadas por China celebradas en Pekín. Sin embargo, Estados Unidos, en asociación con Israel, están trabajando para amenazar a Teherán y mantener su conflicto con los países de la región, lo que contrarresta los esfuerzos de China, desestabiliza la región y perjudica los proyectos estratégicos chinos.

La posición sobre la Operación Inundación Al-Aqsa y la agresión contra Gaza
Desde el inicio de la guerra de Ucrania, China ha aumentado su interés en la región, especialmente en Palestina. Esto quedó patente tras el XX Congreso del Partido Comunista celebrado en octubre de 2022, las posteriores cumbres celebradas por el presidente chino en la región árabe y del Golfo, el discreto acercamiento a Hamás y su invitación a visitar China, y las ofertas de China para mediar entre Hamás y la Autoridad Palestina.

A nivel interno, un pequeño segmento de la élite china ha mostrado admiración por el modelo israelí y ha simpatizado con él por considerarlo moderno y avanzado. Sin embargo, la Operación Al-Aqsa Flood disipó estas ilusiones y reveló la sangrienta naturaleza racista de Israel y demostró que Occidente, que estableció el derecho internacional y lo impuso al mundo, no lo acata, sino que lo utiliza de forma selectiva. Esto ha unido la posición popular y de la élite china, que considera a Israel un Estado ocupante que obstruye la solución de dos Estados, y apoya al pueblo palestino en la obtención de sus derechos.

La Operación Al-Aqsa Flood reforzó la convicción china de la importancia de la región para la estrategia china, y la importancia de su relación con Hamás en el contexto palestino, que es coherente con la postura rusa -aliado no declarado de China- respecto a la región y el Movimiento. Esta coherencia de posturas quedó demostrada en el apoyo diplomático ruso-chino a Hamás, aunque de forma indirecta, y en la negativa a clasificarlo como movimiento “terrorista”.

La postura oficial china puede resumirse del siguiente modo:
– Llamamiento a todas las partes a la moderación y al alto el fuego.

– Expresar el descontento por los continuos bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza y los ataques contra civiles, y el temor a no mantener el nivel mínimo de respeto por la vida y el derecho internacional.
– Haciendo hincapié en la injusticia histórica que se produjo contra el pueblo palestino y que no puede continuar; y subrayando que el estancamiento a largo plazo del proceso de paz ya no es sostenible.
– Utilizando el poder de veto en asociación con Rusia contra la propuesta estadounidense de condenar a Hamás y calificarlo de “terrorista”.

Preocupación por la intervención occidental estadounidense
A los chinos les preocupa la movilización militar ofensiva y defensiva de Estados Unidos y Occidente en la región (incluida la llegada de portaaviones estadounidenses). Creen que dicha movilización no sólo está relacionada con el apoyo a Israel en su guerra contra Gaza, sino también con el control del entorno regional de forma que se impida la intervención de cualquier fuerza en apoyo de la resistencia palestina. Además, puede tener por objeto explotar la situación para imponer las agendas occidentales en la región, incluido el dominio de las fuentes y los precios de la energía, especialmente a la luz de las importantes restricciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados al petróleo ruso. Puede considerarse una amenaza directa para la economía china, que depende principalmente de la energía procedente de Oriente Medio y del petróleo del Golfo, y también amenaza los proyectos y las relaciones económicas de China en la región.

Apoyar a Palestina basándose en cálculos precisos
Puede que a China le interese apoyar a la resistencia palestina, aunque sólo sea políticamente, y perpetuar el agotamiento de Estados Unidos en la región, para reducir la presión occidental sobre Asia Oriental. Sin embargo, la política china se ha distanciado hasta ahora de la intervención directa en conflictos regionales y de la entrada directa en un conflicto -que tenga dimensiones militares- con potencias occidentales. Esto significa que China será muy reacia a realizar cualquier movimiento que vaya más allá del apoyo político y humanitario al pueblo palestino y, si se ve obligada, será a corto plazo de forma indirecta y a través de intermediarios o terceras partes como Siria e Irán. Sin embargo, si el conflicto se prolonga y los intereses chinos se ven gravemente perjudicados, China podría revisar sus políticas para proteger sus intereses, incluyendo el refuerzo de su presencia militar y el apoyo a sus aliados y amigos en la región.


World and New World Journal (worldnewworld.com), 17/11/2023